La Sauceda, una aldea hoy recuperada como área recreativa con alojamientos rurales, inserta en uno de los alcornocales mejor conservados de la península, surcado por bosques de ribera y salpicado de quejigos.
Un paraje con encanto situado a 4 km. de Puerto Galiz en la carretera con dirección a Jimena de la Frontera. La Sauceda es un núcleo poblacional disperso perteneciente al término municipal de Cortes de la Frontera (provincia de Málaga)
Debido a lo escondido de este lugar y a su difícil y controlable acceso, la Sauceda fue refugio de bandoleros, siendo la partida de Pedro Machuca, de trescientos hombres, la primera que ha dejado registro documental, en el siglo XVI.
Durante la Guerra Civil, y sospechando el escondite de partidarios republicanas, la aldea fue duramente castigada por las tropas franquistas.
El Poblado de La Sauceda es todavía hoy un magnifico ejemplo del milenario sistema de aprovechamiento agroforestal de los primeros pobladores de estas tierras.
La viviendas que los componen, que llegaron en algunos momentos a acoger a mas de un millar de habitantes, se encuentran dispersos por el territorio, si bien asociados a dos grupos principales: uno alrededor de la Ermita y otro en las cercanías de la laguna del Moral.
La base de sistema es la vivienda principal del núcleo familiar, de planta generalmente cuadrangular y edificada con los recursos del entorno; piedra arenisca, barro, madera, brezo, corcho y cal. Anexos a este edificio estaban el chozo (que hacia las veces de cocina), el horno de pan los cercados y zahúrdas para el ganado y los huertos delimitados por muros de piedra o bardos.
Aparte de las viviendas, existían otros edificios singulares como los molinos harineros, el cementerio , la ermita escuela y la casa del Alcalde, aun hoy reconocibles.
Como corresponde a un territorio que fue frontera entre el Reina Nazari de Granada y la Corona de Castilla, la historia se mezcla con la leyenda, asignado a La Sauceda el papel de refugio de bandoleros y desaforados que no siempre se ha correspondido con la realidad.
La historia reciente de La Sauceda termina con el bombardeo y toma del poblado a principios de noviembre de 1936 y su posterior abandono.
La reconstrucción de algunas casas y su dedicación a alojamiento rural se produce en el ultimo cuarto del siglo XX, siendo a partir del año 1989 territorio protegido por el Parque Natural de Los Alcornocales.
En La Sauceda se encuentran los alcornocales mejor conservados de la península, surcado por bosques de ribera y salpicado de quejigos.
La antigua ermita ocupa una pequeña explanada. Parte de sus muros y la fachada principal son los restos que aun se conservan en pie.
El topónimo "La Sauceda" no parece provenir de un sitio poblado de sauces, árbol escaso en la zona, sino de sus antiguos moradores, gente de malvivir, dedicados al pillaje y los asaltos, considerados por la sociedad como "desahuciados".
En un entorno extraordinario se pueden observar los bosques de galería, que están constituidos principalmente por especies como laurel, avellanillo, acebo, y el llamativo ojaranzo o rododendro.
En la parte más elevada de estos cauces, en las zonas más agrestes de torrenteras y arroyos, se forma un ecosistema único en Europa, denominado canuto.
Junto al núcleo rural se puede admirar la Garganta de Pasadallana inmersa en el bosque de quejigos, alcornoques y un espeso matorral.