Publicaciones del patrimonio y de la naturaleza en las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla.
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viernes, 19 de febrero de 2016

La Sauceda




La Sauceda, una aldea hoy recuperada como área recreativa con alojamientos rurales, inserta en uno de los alcornocales mejor conservados de la península, surcado por bosques de ribera y salpicado de quejigos.

Un paraje con encanto situado a 4 km. de Puerto Galiz en la carretera con dirección a Jimena de la Frontera. La Sauceda es un núcleo poblacional disperso perteneciente al término municipal de Cortes de la Frontera (provincia de Málaga)








Debido a lo escondido de este lugar y a su difícil y controlable acceso, la Sauceda fue refugio de bandoleros, siendo la partida de Pedro Machuca, de trescientos hombres, la primera que ha dejado registro documental, en el siglo XVI. 

Durante la Guerra Civil, y sospechando el escondite de partidarios republicanas, la aldea fue duramente castigada por las tropas franquistas.







El Poblado de La Sauceda es todavía hoy un magnifico ejemplo del milenario sistema de aprovechamiento agroforestal de los primeros pobladores de estas tierras. 

La viviendas que los componen, que llegaron en algunos momentos a acoger a mas de un millar de habitantes, se encuentran dispersos por el territorio, si bien asociados a dos grupos principales: uno alrededor de la Ermita y otro en las cercanías de la laguna del Moral.






La base de sistema es la vivienda principal del núcleo familiar, de planta generalmente cuadrangular y edificada con los recursos del entorno; piedra arenisca, barro, madera, brezo, corcho y cal. Anexos a este edificio estaban el chozo (que hacia las veces de cocina), el horno de pan los cercados y zahúrdas para el ganado y los huertos delimitados por muros de piedra o bardos. 

Aparte de las viviendas, existían otros edificios singulares como los molinos harineros, el cementerio , la ermita escuela y la casa del Alcalde, aun hoy reconocibles.









Como corresponde a un territorio que fue frontera entre el Reina Nazari de Granada y la Corona de Castilla, la historia se mezcla con la leyenda, asignado a La Sauceda el papel de refugio de bandoleros y desaforados que no siempre se ha correspondido con la realidad. 

La historia reciente de La Sauceda termina con el bombardeo y toma del poblado a principios de noviembre de 1936 y su posterior abandono. 







La reconstrucción de algunas casas y su dedicación a alojamiento rural se produce en el ultimo cuarto del siglo XX, siendo a partir del año 1989 territorio protegido por el Parque Natural de Los Alcornocales.


En La Sauceda se encuentran los alcornocales mejor conservados de la península, surcado por bosques de ribera y salpicado de quejigos.








La antigua ermita ocupa una pequeña explanada. Parte de sus muros y  la fachada principal son los restos que aun se conservan en pie.

El topónimo "La Sauceda" no parece provenir de un sitio poblado de sauces, árbol escaso en la zona, sino de sus antiguos moradores, gente de malvivir, dedicados al pillaje y los asaltos, considerados por la sociedad como "desahuciados".







En un entorno extraordinario se pueden observar los bosques de galería, que están constituidos principalmente por especies como laurel, avellanillo, acebo, y el llamativo ojaranzo o rododendro. 

En la parte más elevada de estos cauces, en las zonas más agrestes de torrenteras y arroyos, se forma un ecosistema único en Europa, denominado canuto. 








Junto al núcleo rural se puede admirar la Garganta de Pasadallana inmersa en el bosque de quejigos, alcornoques y un espeso matorral.


jueves, 18 de febrero de 2016

Laguna del Moral



En el paraje de La Sauceda, bajo la espesura de un bosque de quejigos se extiende esta magnifica laguna. El tipo de terreno, sobre el que se encuentra, esta compuesto por areniscas. Estas rocas son generalmente permeables al agua, sin embargo, en este lugar ha permitido la formación de una lamina de agua, que no esta ligada a ningún tipo de curso de agua y que se nutre de las precipitaciones locales.







Las plantas y algas colorean de un verde intenso esta masa de agua que sorprendentemente se esconde bajo inmensos quejigos, a la sombra de las laderas de la Sierra del Aljibe. Dependiendo de la época en la que se visite, la configuración sera diferente. En los meses mas calurosos, y si la estación viene seca la cantidad de agua es menor, incluso llegando a secarse. Con las primeras precipitaciones, los tonos verdes vuelven a colorear este lugar.







Su nombre proviene de un núcleo de casas cercanas, llamado El Moral, del que aun se conservan algunas casas y es sus proximidades existía antiguamente un inmenso moral así como castaños, frutales y huerta, de los que pueden verse algunos restos por la zona.







Las precipitaciones y las abundantes nieblas condicionan la presencia de una abundante vegetación de zonas sombrías y húmedas, entre los que destacan helechos, musgos y líquenes. En la laguna conviven anfibios y reptiles, junto a diversos insectos y visitantes ocasionales que bajan a beber.










La Laguna del Moral, un remanso de tranquilidad. estuvo rodeada por un inmenso moral. Hoy, sin embargo, son los quejigos los que se resisten a lanzar al agua sus hojas, que aguantan en las ramas hasta la llegada de nuevos brotes.








El lugar sobrecoge por su belleza y tranquilidad, por la abundante sombra y por los sonidos de un bosque inmensamente poblado. Dentro de la laguna, tritones y ranas celebran la llegada de las lluvias y, con ellas, el agua que poco a poco se irá perdiendo con la llegada del verano.