La Factoría de Salazones se sitúa dentro del Conjunto Histórico de Cádiz, y está declarada Bien de Interés Cultural. Se descubrió en 1995 en el solar del antiguo Teatro Andalucía.
Se encuentra ubicada en los terrenos delimitados para la menor de las tres islas que componían el archipiélago gaditano en la Antigüedad, y de las que se tienen referencias tanto escritas como arqueológicas.
Se levantó esta factoría a orillas de uno de los brazos del antiguo canal Bahía-Caleta y se mantuvo activa hasta principios del siglo IV d.C. Se organizaba en torno a un amplio patio, en cuyo subsuelo se situaba un aljibe.
La zona conservada corresponde a un sector de piletas de distintas dimensiones revestidas, como era habitual en la época, de hormigón hidráulico, con los ángulos reforzados para evitar filtraciones y un rebaje central para proceder a su limpieza.
La Factoría de salazones del Teatro Andalucía se distribuye a la manera clásica de situar las piletas alineadas alrededor de una sala a cielo abierto. El complejo industrial no ha sido descubierto por completo, ya que el resto de la factoría y otras dependencias estarían situadas fuera del recinto del solar.
Aunque las excavaciones han documentado otros elementos constructivos de este complejo industrial, el grupo de piletas incluidos en la delimitación forman el núcleo principal de los restos descubiertos, que por si solos explicarían las características y funcionalidad del tipo de industria hallada.
La técnica utilizada para la construcción de las piletas es la misma que en todo el Mediterráneo Occidental. Paredes de mampostería de cantos rodados, piedra ostionera y sillares de piedra trabajada de roca ostionera, revestidas de varias capas de opus signinum. Ubicadas a ras de suelo para facilitar su llenado y asegurar mayor resistencia al empuje de las masas de pescado y sal. Los ángulos son redondeados, con cordón hidráulico para evitar fisuras. El fondo es de opus signinum con capas de enlucidos, ya que la fermentación necesitaba una gran solidez del suelo. En el centro una pequeña cubierta semiesférica o pocera para facilitar su limpieza.
La profundidad de las piletas es en todas la misma, alcanzando los 2'35 metros, percibiéndose cierta inclinación del fondo de las piletas de norte a sur. Igualmente ocurriría en su altura, propiciando el declive hacia el centro del patio.
No poseen ningún tipo de evacuación. Es posible que tuviera algún tipo de techumbre, como ocurre en otras factorías del Mediterráneo Occidental, formado por un tejado con tégulas. Fragmentos de estas tégulas se han registrado en el interior de las piletas, así como sillares pertenecientes a pilares de contención de techumbre, localizadas in situ en los muros de delimitación de las dependencias. Se evitaba así que las salazones estuviesen al sol y que la evaporación fuese demasiado rápida y también que el agua de lluvia diluyera la salmuera, lo que provocaría la putrefacción del pescado.
Según los datos aportados por la excavación, la cronología dada para su construcción la situamos en el s. I a.C., abandonándose a principios del s. V d.C. Por otro lado, en el interior de una cisterna ha aparecido una representación gráfica del posible faro de Gades.
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