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miércoles, 8 de abril de 2020

Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción



La Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción de Osuna está catalogada como Bien de Interés Cultural desde la temprana fecha de 1931, en la categoría de monumento, y así aparece publicado en La Gaceta de Madrid del día 4 de junio de ese año.

La Colegiata se encuentra en la Plaza de la Encarnación con la Plaza de Luís de Soto Torres, a pocos metros del Monasterio de la Encarnación, de la Iglesia y Torre de la Merced y de la Universidad, en la localidad sevillana de Osuna, Andalucía.

Este edificio renacentista que sustituyó a la antigua parroquia medieval alberga una de las colecciones de pintura más interesantes del Barroco. Está construido en cantería destacando la portada llamada Puerta del Sol, decorada con grutescos y medallones. En su interior se expone una talla de Juan de Mesa, valiosas tablas flamencas del s.XVI, interesantes piezas de orfebrería y una magnífica colección de pinturas de José de Ribera (el Españoleto). La Colegiata tiene en si mismo 3 áreas expositivas: la propia Iglesia, el Museo de Arte Sacro en la sacristía y el Panteón Ducal.



Se erige a instancias de don Juan Téllez Girón (1494-1558), IV conde de Ureña.

Se levanta sobre el solar de la denominada “iglesia del Castillo”, construida poco después de la reconquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1239 dentro de la fortaleza existente en el promontorio que dominaba la localidad.

El templo debió ser trazado hacia el año 1531, año en que el conde acababa de tomar posesión de la ciudad de Osuna. En 1534, con la obra ya iniciada, se obtiene la bula del Papa Paulo III permitiendo la implantación de una colegiata, dotada con un cabildo compuesto por un capellán mayor y ocho capellanes de coro.




El patio de entrada, independiente del conjunto de la colegiata, responde a los modelos de la arquitectura doméstica de la época, que por razón de la carga simbólica de sus inscripciones, frescos y relieves de sus yeserías se convierte en uno de los conjuntos funerarios más representativos del nuevo estilo clasicista y de la mentalidad humanista de las casas señoriales de Andalucía.





En cuanto al rico patrimonio mueble de tipo renacentista conservado en el interior de esta colegiata, hay que destacar la colección de retablos de Juan de Zamora y de Juan Bautista de Amiens, las pinturas y esculturas hispanoflamencas, y la decoración pictórica y escultórica del patio, sacristía y el coro del Santo Sepulcro, un ejemplo perfecto, a pequeña escala de las nuevas estéticas arquitectónicas y artísticas de la época, en las que sobresalen el “Entierro de Cristo” de Roque Balduque y las pinturas de la “Alegoría de la Inmaculada” de Hernando de Esturmio y la “Anunciación” de Gerard Wytel de Utrecht.




En la sacristía, además, entre otras interesantes piezas artísticas donde se exhiben piezas de orfebrería, alabastro, enormes libros de oraciones y vestimentas litúrgicas, es preciso citar la serie de grandes cuadros del maestro del tenebrismo español José de Ribera "El Españoleto", pintados expresamente para esta Colegiata por encargo del duque de Osuna, por entonces Virrey de Nápoles.



Una pieza fundamental del conjunto de esta colegiata es el denominado “Santo Sepulcro”, un panteón ducal situado bajo el altar mayor, construido a partir del año 1545. Su acceso se hace a través de una majestuosa reja que cierra la capilla de la cabecera de la nave de la Epístola, que presenta en su frente un retablo de madera dorado rodeado por un amplio dosel de telas encoladas en cuya parte superior pueden verse dos grandes osos de pie, símbolo de la ciudad de Osuna que toma su nombre del vocablo latino de este animal. A su izquierda, una muy estrecha y empinada escalera conduce hasta el primer sótano de esta iglesia, donde se encuentra la capilla del panteón. Su portada, la traza general y los detalles decorativos no son tan finos como los de la portada exterior, y parece que fueron ejecutados bajo la dirección de Martín de Gainza, el que fuera aparejador de Riaño.




A un nivel inferior al Panteón están los enterramientos de la familia ducal, una serie de nichos dispuestos a lo largo de los muros, en varias salas, repletas de inscripciones y símbolos sobre la muerte.



Referencias bibliográficas: Diputación de Sevilla y Ayuntamiento de Osuna.


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